Érase un hombre a una nariz pegado
Apuntes sobre la edición (y venta) de poesía hoy
Todo lo que hago / todo lo que escribo / me aleja / de la gente que quiero. Si es bueno / se desconciertan / si es malo/ se avergüenzan. /Arriesgando / el amor que me profesan / camino descalzo / por arenas movedizas.” William Carlos Williams
1. Empero existe
¿Existe el "olfato de editor"? Existe. No sé a ciencia cierta si tiene que ver mucho con la nariz pero si sé que algunas de las mejores decisiones editoriales siempre o casi siempre (para ser justos) ocurren por o mediante esta "intuición". Por suerte para los editores de editoriales pequeñas por el momento no hay algoritmo que nos remplace (Skynet 0 - editores 1) y todavía dependemos en mayor o menor medida para nuestro oficio de saber enhebrar nuestras lecturas, experiencias, sensaciones y sentarnos a tomar un café con alguien que sencillamente nos interesa.
Schweblin dijo alguna vez “La literatura sucede durante la lectura...No es una idea poética, es un suceso…” Bueno un catalogo editorial, una editorial suceden durante la lectura, de eso no tengo dudas pero al contrario del tango esto no es de a dos sino que necesita una troupe compuesta de editores, autores, librerías y lectores para poder poder bailar. Sabiendo esto o entendiendo esto ¿Cómo podría un algoritmo definirnos? La charla, el café, una cerveza, la necesidad de conocer y trabajar con alguien que admiramos pero que esa sensación sea mutua. Descubrirnos. Aprender. Querer que NOS vaya bien a todos de eso se trata. En ocasiones esto sucede y en otras no pero el éxito o el fracaso (medido en ventas) de esa apuesta no decide si el "olfato" del editor funcionó o no. Lo que decide si funciono o no son las relaciones que se generan, la solidez de los vínculos que se forman en el recorrido del libro, el acompañamiento y el camino a transitar. Un camino que en ocasiones es vertiginoso y en otras de largo a liento. Porqué cada libro un mundo. Sé que parece algo romántico e irreal lo que afirmo pero no lo es, es un suceso que se da en mayor o menor medida en una editorial pensada desde el amor.
¿Y a qué responde este olfato? ¿Cómo se genera?
Poner en palabras esa sensación, esa conexión que en muchas ocasiones excede al texto o el autor que se quiere publicar es tarea difícil y poco certera pero si puedo decir que rara vez demora más de 5 o 10 minutos en manifestarse y cuando aparece sabemos que la cosa va a funcionar y no hablo acá en términos comerciales sino de algo intangible. Algo que posiblemente sea uno de los capitales mas importantes de un sello chico/mediano y que tiene que ver con la conformación del catálogo, esa suerte de familia disfuncional y de carácter totalmente subjetiva que uno va armando con lo que piensa que le gusta, las decisiones que toma, los caminos que transita y mas importante todavía la devolución del otro, es el lector quien en definitiva termina de pulir la identidad editorial. No la construye, ni decide pero para el editor atento sin duda marca un camino posible.
Gracias por llegar hasta acá
por compartir y recomendar.
Gracias por leer esto y por leer en líneas generales.